Tenía cara de casimuerta.
No pude entenderlo hasta qué
la miré
y vi toda la putrefacción del universo
en sus ojos.
Te duele el cuerpo
-eso crees-
pero la cáscara no toca el origen.
El pelo, la piel, los órganos
son sólo el material que recubre
la pena.
Si fuiste hecha para no estar,
¿qué te hizo insistir tanto sobre la vida?
No hay modo de eludir lo que se sabe.
El cuerpo se mueve
al compás de
las tormentas infinitas originadas por las fugas.
Ser cuándo no se quiere
es inconsistente.
¿Quién tomó esa decisión por vos?
¿Por qué no podemos soltarnos de los pretéritos
que nos engendraron?